Profesionales valencianos, como bomberos o enfermeros, demostraron su vocación y altruismo al ayudar a los damnificados por la dana del 29 de octubre. Tanto de forma organizada en ONG como de manera individual, no dudaron en brindar su apoyo. Un año después, destacan que se sintieron muy recompensados al ver la gratitud en los rostros de quienes ayudaron.
Teo Javaloyes, presidente de Bombers pel món, relata la intensa labor realizada por la ONG en distintos desastres naturales, incluyendo la dana en su propia región. Los voluntarios, bomberos profesionales, se sumaron a las labores de rescate tras cumplir con su jornada laboral, dedicando 20 días a la causa. A pesar del estrés y la dificultad, la respuesta y agradecimiento de los vecinos les daba fuerzas para seguir adelante.
Jaume Andújar, enfermero en el Hospital General de Castelló, también se sumó a la ayuda a pesar de las dificultades. Su labor en el Parque Alcosa, atendiendo a abuelos necesitados, le hizo sentir útil y emocionado. Aunque enfrentar la tragedia siendo también afectado es complicado, la solidaridad y el apoyo mutuo entre voluntarios y vecinos crearon un lazo especial.
La ola de solidaridad desatada por la dana se reflejó en miles de personas que acudieron a colaborar y limpiar las zonas afectadas. El ‘Puente de la Solidaridad’, rebautizado en honor a los voluntarios, se convirtió en un símbolo de unidad y apoyo. La Ciudad de las Artes y las Ciencias de València fue testigo de la movilización de miles de voluntarios, demostrando la fuerza de la comunidad en momentos de crisis.
En resumen, la tragedia de la dana en Valencia no solo sacó a relucir la solidaridad y el altruismo de los profesionales y voluntarios, sino que también fortaleció los lazos entre la comunidad, creando un espíritu de apoyo mutuo que perdura en el tiempo.
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